1. Sin miedo a la comida 

Tener una vida saludable requiere de cambios en la alimentación para lo cual se debe aprender a comer bien y sin excusas. “La mayoría de las personas dicen: no me da tiempo para desayunar, no puedo cocinar porque trabajo, estudio, tengo hijos, etc. El problema es que les falta organización, en algún momento del día les va a dar hambre y van a agarrar lo primero que encuentran”, explica Sammy García, fitness coach y personal trainer

La clave está en no tener miedo a la comida, comer variado, en porciones y de todo. Educarse ayuda a dejar de estigmatizar los alimentos y pensar que solo se debe comer pollo y lechuga. La realidad es que lo malo son los excesos. 

  1. No hay cambios rápidos  

La creación de un hábito saludable lleva en promedio 21 días, pues se debe cambiar lo que se ha hecho mal toda una vida por eso es importante no esperar resultados en 30 días.

En los primeros días el cambio puede representar una pérdida de 5 a 10 libras de agua, en su mayoría, pues la pérdida de grasa lleva más tiempo y es el primer paso para luego crear  masa muscular. 

  1. Dele valor al descanso 

Para alcanzar una vida saludable se requiere de tres cosas básicas: descansar, comer bien y ejercitarse. Muchas personas le restan interés al dormir y se desvelan pero cuando se comienza a tener una vida saludable en la que se come bien, se hace ejercicio, y además se cumple con las tareas del trabajo y familia, el descansar es indispensable. 

El 90% de las personas que hacen un cambio comienzan a darle valor al descanso, se recomienda dormir de 6 a 7 horas para recuperar energía y que el músculo crezca. 

  1. Ejercicio de 4 a 5 veces por semana 

El entrenamiento o actividad física debe ser acorde a su rutina diaria, la recomendación es hacer ejercicio de cuatro a cinco días por semana, con una rutina de 45 a 60 minutos. 

Evite el uso de celular durante el entrenamiento para concentrarse en sus ejercicios, recuerde que se trata de dedicarle tiempo a su salud

  1. Pasatiempos 

En los hábitos de una vida saludable debe incluirse un espacio para la recreación, por ejemplo: leer un libro sobre un tema que sea de su interés; trabajar en los pensamientos constructivos y de aprendizaje. 

También puede incluir actividades ocupacionales como trabajar en un proyecto personal o una labor remunerada, desarrollar actividades recreativas y sociales como integrarse a un grupo de música, baile, tejido, paseos, sembrar una maceta, etc.

  1. Ocúpese y diga adiós a la ansiedad 

Para no pensar en comida hay que ocuparse e identificar qué se siente y desea, se puede tener el mejor plan nutricional y ciclo de entreno pero si no se está enfocado en lo que se desea no va a funcionar. El cambio es personal y no debe ser obligado. Antes de decir tengo hambre, identifique si se trata de  ansiedad o realmente tiene necesidad de alimento entre comidas, las meriendas y el consumo de agua y café son un aliado, recuerde que si está ocupado no está pensando en qué va a comer.