Por Alex Crawford

El 9 de agosto, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) publica su informe más completo sobre la ciencia del cambio climático desde 2013. Será el primero de los cuatro informes que se publicarán en el marco del último ciclo de evaluación del IPCC, los siguientes verán la luz en 2022.

En los últimos ocho años, los científicos han mejorado los métodos que utilizan para medir diferentes aspectos del clima y para modelar (o proyectar) lo que podría ocurrir en el futuro. También han seguido los cambios que se han producido ante nuestros ojos.

Esta evaluación actualizada llega tres meses antes de que los líderes mundiales se reúnan en Glasgow (Escocia) para buscar formas de evitar las peores consecuencias del cambio climático y renovar sus compromisos de reducción de los gases de efecto invernadero. También llega en medio de otro año de graves olas de calor, sequías, incendios forestales, inundaciones y tormentas.

El informe proporcionará a los responsables políticos la mejor información posible sobre la ciencia física del cambio climático, que es esencial para la planificación a largo plazo en muchos sectores, desde las infraestructuras hasta la energía y el bienestar social. He aquí cinco cosas que hay que buscar en el nuevo informe:

1. ¿Cómo de sensible es el clima al aumento del dióxido de carbono?

Los niveles de dióxido de carbono (CO₂) en la atmósfera son los más altos de los últimos 800 000 años, alcanzando 419 partes por millón (ppm) en mayo de 2021. La temperatura media del planeta aumenta con cada incremento de la concentración de CO₂ en la atmósfera, pero el aumento depende de muchos factores.

Los científicos del clima utilizan modelos para entender cuánto calentamiento se produce cuando las concentraciones de CO₂ se duplican con respecto a los niveles preindustriales –de 260 ppm a 520 ppm–, un concepto llamado “sensibilidad climática”. Cuanto más sensible sea el clima, más rápido habrá que frenar las emisiones de gases de efecto invernadero para mantenerse por debajo de los 2℃.

Los modelos climáticos más antiguos estimaban que una duplicación del CO₂ atmosférico provocaría un aumento de la temperatura de 2,1℃ a 4,7℃. El último conjunto de modelos climáticos, llamado CMIP6, amplió el rango de 1,8℃ a 5,6℃, lo que significa que el clima es al menos tan sensible a la duplicación del dióxido de carbono como mostraban los modelos anteriores, pero puede, de hecho, ser incluso más sensible.

El rango se ve influido por las incertidumbres de una serie de factores climáticos, como el vapor de agua y la cobertura de nubes, y la forma en que aumentarán o disminuirán los efectos del calentamiento. Los científicos trabajan para reducir el rango de las proyecciones climáticas, de modo que sepamos más sobre la rapidez con la que debemos reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para evitar los peores efectos del cambio climático y adaptarnos a otros.

2. ¿Qué está pasando con las nubes?

Las nubes son un comodín en el juego del cambio climático. Provoca una retroalimentación del calentamiento, lo que significa que el calentamiento cambia la cobertura de nubes, pero la cobertura de nubes también puede acelerar o ralentizar el calentamiento en diferentes situaciones.

Las nubes reflejan alrededor de una cuarta parte de la luz solar entrante lejana a la Tierra. Por lo tanto, si un mayor calentamiento conlleva más nubes, cabría esperar que se reflejara más luz solar, lo que ralentizaría el calentamiento. Sin embargo, las nubes también aíslan la Tierra, atrapando el calor que desprende la superficie. Así, el aumento de la nubosidad (por ejemplo, durante la noche) podría amplificar el calentamiento.

Dos cuestiones principales destacan: en primer lugar, muchos factores, como el tipo de nube, la altitud y la estación del año, determinan el efecto global de una nube sobre el calentamiento. En segundo lugar, las nubes son increíblemente difíciles de modelizar; la forma en que los modelos las tratan es clave para el rango de sensibilidad climática.

3. ¿Ha provocado el cambio climático los recientes fenómenos meteorológicos extremos?

Desde el último informe del IPCC, nuestra capacidad para evaluar el impacto del calentamiento global en los fenómenos extremos ha mejorado enormemente. El capítulo 11 del último informe está dedicado a ello.

El calentamiento global se traduce en que olas de calor veraniegas más fuertes y noches tropicales más frecuentes (temperaturas superiores a 20℃) están ocurriendo en latitudes medias, como Canadá y Europa.

El aire más caliente puede retener más agua. Esto puede causar más evaporación desde la superficie terrestre, y provocar sequías e incendios forestales. Además, una atmósfera con más agua puede producir más precipitaciones e inundaciones.

Los científicos preveían hace décadas que estos cambios en el ciclo del agua ocurrirían, pero ahora está claro que ya están ocurriendo.

4. ¿Han mejorado las proyecciones climáticas regionales?

cabeza del glaciar Shamrock, con los picos montañosos desnudos detrás
El glaciar Shamrock, como muchos otros glaciares de Alaska, ha estado mermando y retrocediendo desde la década de 1950. Alex Crawford, CC BY-SA

Los modelos climáticos evaluados por el IPCC son modelos globales. Esto es esencial para esclarecer las conexiones entre los trópicos y los polos o la tierra y el océano. Sin embargo, tiene un coste: los modelos encuentran dificultades para simular muchos elementos de menos de 100 kilómetros de diámetro, como pequeñas tormentas o islas.

Las relaciones regionales pueden ser complejas. Por ejemplo, las tormentas extremas ayudan a romper el hielo marino del Ártico en verano, pero la reducción de la cobertura de hielo marino también puede conducir a tormentas más fuertes.

Desde el último informe del IPCC, las técnicas para recoger esta información a gran escala y perfeccionarla han mostrado cómo el clima regional y local ha cambiado y podría cambiar en el futuro. Otras investigaciones se centran en cuestiones regionales, como el impacto de la pérdida de hielo marino en el Ártico

5. ¿Cómo contribuirán las capas de hielo de la Antártida al aumento del nivel del mar?

El nivel del mar está aumentando porque el agua se expande ligeramente cuando se calienta, y los glaciares de montaña y el casquete glaciar de Groenlandia se están derritiendo y añadiendo agua al océano.

Pero la mayor fuente potencial de aumento del nivel del mar durante el próximo siglo es la Antártida. Los modelos de mantos de hielo muestran que el derretimiento de las capas de hielo de la Antártida añadirá entre 14 y 114 centímetros al aumento del nivel del mar en 2100. Es un rango enorme, y todo depende de si la capa de hielo de la Antártida Occidental se mantiene relativamente estable o comienza un lento pero imparable colapso.

La forma en que el IPCC comunique este debate científico influirá en la forma en que las comunidades costeras planifiquen la subida del nivel del mar. Las ciudades de baja altitud, como Lagos, en Nigeria, podrían resultar inhabitables a finales de siglo debido a la subida del nivel del mar, especialmente si las estimaciones de los modelos que vaticinan una mayor elevación resultan ser las más acertadas.

El informe del IPCC permitirá a los responsables políticos comprender mejor cómo nos afecta el cambio climático en la actualidad. Esto será especialmente útil para poner en marcha estrategias de adaptación a corto plazo.

Sin embargo, a medida que la ciencia ha ido mejorando, las perspectivas del cambio futuro se han vuelto más aleccionadoras, y las grandes incertidumbres que persisten suponen un importante trabajo futuro para los científicos del clima.

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.