Plástico de un solo uso
Las botellas de agua son un ejemplo de los plásticos de un solo uso. Foto: pixabay

Cuidar al planeta es una lucha constante y de todos sus habitantes. Cada acción cuenta y dejar el plástico de un solo uso es el primer paso, de muchos, para evitar la contaminación ambiental.

El planeta tierra es un gran lugar. Tiene hermosos parajes, ecosistemas variados y es el único hogar que conocemos las varias especies de seres vivos que lo habitamos. Es por eso que debemos cuidarlo con esmero y tomar las medidas posibles para mantenerlo saludable. 

Tal vez parece que las acciones individuales que tomamos para no contaminar no ayudan, pero estas se van acumulando para comenzar el cambio. Aún así, los esfuerzos que hacemos necesitan de un empuje mucho más grande, con medidas estandarizadas para la industria y el comercio que garanticen la protección de la naturaleza. 

Una de estas medidas es la prohibición de plásticos de un solo uso en Guatemala. El acuerdo se aprobó en septiembre de 2019. Es un primer paso, pero hace falta un largo camino por recorrer y muchos acciones más para una verdadera transformación medioambiental.

Plástico dañino
El plástico es dañino para los animales. Foto: pixabay

Platicamos con Ninotchka Matute de Fundación Crecer para saber más sobre el tema, como podemos implementarlo en nuestro diario vivir y en la industria, así como los sustitutos y qué pasos son los siguientes. 

¿Qué es el plástico de un solo uso?

Desde los aparatos que usamos a diario, la industria de la comida hasta en los hospitales, el plástico está presente en todos los aspectos de la vida diaria, se ha vuelto un material casi fundamental. 

Los llamados “plástico de un solo uso” se refiere las cosas que cumplen una función rápida, como las bolsas plásticas que dan el el supermercado, los recipientes de comida rápida o empaques que dan en las tiendas. Todos ellos están destinados solamente a transportar algo por corto tiempo y luego no cumplen otra función.

Ese es el peligro, pues se le ve como “desechable” y termina ocupando espacio en los rellenos sanitarios, sin ser reciclado. Una característica de este material es que no es biodegradable, lo que significa que no se descompondrá sino hasta muchísimos años después.

Desechos dañinos
Cuando no se lleva control de los desechos, estos contaminan cuerpos de agua. Foto: pixabay

La importancia de reducir su uso reside en que no se puede justificar la “conveniencia” con el costo ambiental que requiere su fabricación. Este tipo de plástico termina contaminando los cuerpos de agua, como lagos, ríos y mares, envenenando a las especies marinas, aves y, al final, a nosotros mismos. “Actualmente consumimos el equivalente a una tarjeta de crédito a través de los microplásticos que ya invaden todos los productos que consumimos”, indica Ninotchka.

A este paso, la producción y el desperdicio de plástico llegará al punto de sobrepasar la cantidad de peces en los océanos. 

Los primeros pasos

Aunque nos tome tiempo acostumbrarnos a no tener ciertas conveniencias, es algo que vale la pena a largo plazo. Cambiar hábitos entonces, es el primer paso a tomar. Llevar bolsas reusables cuando hacemos compras, no usar desechables para las fiestas de la casa y no usar pajilla son acciones pequeñas, pero se van acumulando.

Como consumidores también podemos hacer el cambio en la industria, cuando escogemos no consumir productos con envases sobredimensionados e innecesarios, así como preferir comprar a granel para evitar envases y bolsas de más. 

Como preservar el planeta
Con un consumo consciente se puede prevenir la contaminación ambiental. Foto: pixabay

Educarnos sobre este tema es otro paso. “Antes de la invasión de los productos del plástico a partir más o menos de la década de los setentas la leche y las bebidas se vendían en envases de vidrio que todos llevábamos de vuelta para que fueran re utilizado”, comenta Ninotchka. Investigar sobre el tema ayudará a tomar conciencia del impacto que tiene en las generaciones futuras los hábitos actuales.

Bolsas de tela, reutilizables y contenedores biodegradables son el mejor sustituto a bolsas plásticas y platos de duroport desechable.

Para los empresarios

Si tienes una tienda, restaurante o empresa donde estos objetos son parte de tus servicios toma en cuenta que hay formas de reemplazarlo siguiendo la norma. Ninotchka recuerda que en las tiendas de barrio de antaño se usaban cucuruchos de papel para vender granos, como arroz y frijol. Cajas de cartón atadas con cáñamo pueden servir como contenedor de comida preparada. “Los dueños de tiendas pueden también vender frascos de vidrio que sus clientes pueden volver a usar en su siguiente compra”, sugiere Ninotchka.

Esta prohibición al final es una de varias que se deben tomar de forma urgente, pero no es la definitiva para cambiar el rumbo de la contaminación medioambiental. “La sola prohibición suena bastante arbitraria, dado que esta debería ser sólo un capítulo en la creación de una legislación contundente que aborde el tema desde la responsabilidad de los productores, la industria y comercialización del plástico”, resalta Ninotchka, “es necesario educar antes de prohibir, cambiar hábitos y crear conciencia”.

Empaques alternativos
Usar empaques alternativos como bolsas de papel o tela serán los mejores reemplazos al plástico. Foto: pixabay

Este es un primer paso, que abre el diálogo para la regulación de otros temas que necesarios en la conservación del medio ambiente, como las aguas residuales, los manejos de desechos y otros temas necesarios para preservar nuestro país. 

Escucha más temas como estos en La Hora de Crecer con Ninotchka y Jeanne Samayoa, los lunes cada quince días a partir de las 10:30 horas en Radio Infinita FM100 o a través de la radio en línea radioinfinita.com. También puedes encontrarlo en formato de podcast. 

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