Ricky López Bruni pasó gran parte de su carrera fotografiando al elusivo quetzal en los bosques centroamericanos. En este documental muestra el fruto de años de estar en su búsqueda y el impacto que tiene sobre su ecosistema los cambios ambientales creados por el humano.
Guatemala tiene colores únicos. Los primeros colores que diremos serán el azul y blanco de la bandera, pero el verde quizá sea el más representativo. El verde es el color predominante en la naturaleza, en selvas y bosques nubosos que abundan en el territorio chapín.
Uno de los habitantes más notorios de los bosques nubosos es verde también, haciéndolo difícil de encontrar entre las ramas de los árboles. Hablamos de nuestra ave nacional, el quetzal. Su nombre científico es Pharomachrus mocinno y habita en el territorio que abarca Centroamérica, desde el sureste mexicano hasta Panamá.
Desde tiempos precolombinos, esta ave ha tenido un significado importante para los habitantes del territorio. Su elusividad y la belleza de su plumaje es símbolo del misticismo y la vida de esta y otras especies en la biodiversidad centroamericana.
Es por ello que su estatus de símbolo trascendió de deidad a protector del medio ambiente. Su vida, así como la de otros animales, corren peligro debido al uso desmedido de recursos y fenómenos atmosféricos causados por el hombre.
El quetzal, un pájaro serpiente
Sin duda lo que hace al quetzal un ave digna de admiración es su plumaje. Su cuerpo llega a medir 35 centímetros aproximadamente, pero el plumaje del macho llega a medir hasta 90 centímetros. El color es de un verde iridiscente, para camuflarse en la densidad de las copas de los árboles.
Ver pasar a esta ave por el rabillo del ojo haría a cualquiera pensar en una serpiente voladora. Tal vez por ello es que era llamada “Serpiente Emplumada” por los habitantes de los territorios Mesoamericanos.
El fotógrafo y cineasta Ricky López Bruni decidió llamar su documental de la misma forma. Tras décadas de carrera, donde logró retratar al ave nacional en diferentes ocasiones, decidió darle vida a un proyecto con la mira de impactar en cómo vemos la ecología.
En 2012 en compañía de sus tres hijos comenzó a filmar al quetzal en bosques nubosos guatemaltecos y mexicanos. Un proyecto que comenzó como un cortometraje se convirtió en un largometraje documental. Cuenta con la participación de expertos, en arqueología, historia, biología, así como artistas y músicos apasionados por la ecología.
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Más allá de ser una pequeña pieza donde se documentar los hábitos de reproducción del quetzal, era una forma de demostrar el daño que el humano hace a los corredores naturales de Mesoamérica.
“El bosque abrió mis ojos y mi corazón, y comenzó una nueva búsqueda: el significado del quetzal para las culturas prehispánicas. Este giro, le dio al documental una nueva perspectiva”.
-Ricky López Bruni
Para López Bruni no fue un camino fácil. Recorrió 27,285 kilómetros por tierra, 143,783 kilómetros en avión y 1,550 kilómetros en helicóptero para filmar al ave en los lugares más inhóspitos del territorio. Entre maleza, neblina, lluvia, acceso limitado a electricidad y otras limitantes, logró capturar imágenes impresionantes de la vida salvaje del animal.
Los retos no se quedaron en el terreno, pues para fundar las expediciones el cineasta usó gran parte de recursos propios, que probaron no ser suficientes. Gracias al apoyo de empresas como Volaris, junto con otros empresarios en México y la ayuda de algunas personas en Guatemala, se logró terminar la postproducción y la distribución del film.
El largometraje cuenta con intervenciones de personalidades como la actriz Salma Hayek y el cantante Fher Olvera.
Impacto positivo
El quetzal es un representante de la biodiversidad del territorio. Alrededor de él viven varias especies que corren peligro de extinguirse debido al deterioro que nace desde las ciudad cercanas. El documental existe para ser un recordatorio de que compartimos este mundo y es necesario cuidarlo.
López Bruni con su obra invita a que comencemos a cuidar la naturaleza desde casa. Iniciando desde simples actos como reducir la basura que generamos, hasta apoyar organizaciones y fundaciones, como la WWF, que velan por la ecología mundial, así como exigiendo medidas gubernamentales que puedan ser implementadas para luchar por el cuidado de los bosques y otras biosferas, el equipo detrás de “Serpiente Emplumada” busca crear un cambio en el público.
Disfruta de este documental en salas de cine del país a partir de esta semana. Haciendo esto ayudarás a que se lleve a salones escolares de Guatemala y México para educar a niños sobre el cuidado del quetzal y los bosques nubosos.
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