Por: Anamaría Arroyo
Detenerte a escuchar las lecciones que otros han aprendido es un ejercicio necesario para ejercitar el músculo de la empatía. Esto es exactamente lo que pretende el equipo detrás de Historias Abiertas.
La vida puede dar un giro inesperado en cualquier momento y, aunque no estés preparado, debes de afrontar esa dificultad. Ese obstáculo será una prueba a tu carácter, enfrentarlo hará que crezcas y esas lecciones son dignas de compartir. Aquí es donde comienza la labor de Laysa Palomo, directora y editora y Carmen Lucía Mejía, redactora, el equipo detrás de la página Historias Abiertas.
Esta plataforma fue creada por Laysa para contar esos momentos de la vida de las personas, junto con las lecciones derivadas de cada situación. Platicamos con su fundadora sobre sus comienzos, lo que quieren transmitir y las historias que vale la pena compartir.
La idea comenzó cuando Laysa estudiaba en la universidad y le comentó a un amigo suyo sobre lo que quería hacer. Fue así como conoció el trabajo de Brandon Stanton en Humans of New York, HONY. Stanton es un fotógrafo que ronda por las calles de Nueva York retratando a sus residentes y contando sus historias.
HONY sirvió de inspiración para darle prioridad a la fotografía y otro material audiovisual acompañando al texto, dándole más vida a la historia. Su primer intento fue un blog, pero la idea fue tomando más forma un tiempo después.
“Hace dos años un amigo me dijo que lo hiciera formal aunque no tuviera la mejor calidad. Le dije que no estaba muy segura, pero no le importó y compró el dominio; ya no había vuelta atrás”, comentó.
Laysa Palomo, Historias Abiertas.
Pulió los detalles, pero no se sentía segura de subir las historias, pensando que quizá no gustarían. El último empujón fue el apoyo de su familia y amigos, así comenzó “Historias Abiertas”, que comenzó en septiembre de 2018 con el formato actual.
De cierta forma, la vida de todos está al descubierto con las redes sociales. La mayoría comparte instantes de su rutina o momentos alegres, pero se ve menos los momentos turbulentos de la vida. “Decidí que en este espacio las historias deberían contener esos detalles que olvidamos subir a redes sociales; algo así como ser un libro abierto, ver lo bueno y lo malo”, describió Laysa.
Hacernos más humanos
La mayor motivación detrás de estas lecturas es recordar a los lectores que no se necesita ser famoso o millonario para tener una historia extraordinaria. A través de esos momentos ordinarios se puede crear empatía social. Compartir vivencias puede ayudar a alguien que vive algo similar a no sentirse solo en su lucha. “Se nos olvida apreciar lo ordinario por buscar las cosas extraordinarias. Y son esas cosas “cotidianas” las que extrañamos cuando las cosas cambian”, añadió Laysa.
“Nos enfocamos en la resiliencia de las personas, la buena actitud ante la adversidad, la actitud positiva con la que recibieron muy malas noticias, los paradigmas que han roto y las luchas que han enfrentado para demostrar que todos podemos transformarnos”.
Laysa Palomo, Historias Abiertas.
Los personajes que aparecen en la plataforma son variados, de diferentes orígenes, pero el hilo conductor entre los relatos es que sus protagonistas salieron adelante tras un revés en su vida. Existe una transformación a partir de esa dificultad, algo que vale la pena compartir.
Lecturas como las de Historias Abiertas dan la oportunidad de reflexionar y aprender sobre las experiencias de otros, algo que impulsa al equipo a continuar. “Esperamos convertirnos en una plataforma de comunicación en donde podamos hablar de las distintas realidades del país y de las historias de transformación de los chapines”, comentó su directora.
Su sueño es llevar el mensaje de empatía a todas las esferas del país y de Latinoamérica, creando una comunidad donde se pueda escuchar la voz de quienes luchan día a día su batalla personal. Para ello necesitan patrocinio, y esa es una de sus metas.
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El primer aniversario esperan celebrarlo con un evento donde varias personas, con experiencias poderosas o referentes en su campo, tengan donde compartir su historia y una oportunidad para conocer a los personajes.
Al ingresar a su sitio web podrás encontrar diferentes categorías para una navegación más sencilla. Ahí puedes leer la historia de Barbs Guerra, titulada “Pequeños grandes pasos”, donde relata su camino de rehabilitación tras un accidente traumático.
También está la historia de Alam Batres, “De la cárcel a vendedor de llaveros”. Alam pasó parte de su adolescencia y juventud en el sistema penitenciario, hasta que le dio un giro a su vida gracias a sus habilidades manuales. Así, todas las historias dejan un buen sabor de boca, una sentido de satisfacción al saber que alguien pudo salir de la adversidad.
Para Laysa y Carmen todas las historias tienen su propia lección, pero una que está cercana a su corazón es la de un joven que salió de la cárcel. “Dijo que después del nacimiento de su hijo, la entrevista con nosotras era lo mejor que le había pasado. Eso nos hizo reflexionar mucho más sobre el impacto que estamos generando con Historias Abiertas”.
Algunas historias son compartidas por gente que conocen en eventos, por recomendaciones de amigos o por redes sociales, pero si tienes una historia que quieres compartir o sabes de alguien que quiera hacerlo, puedes escribir al email tengounahistoriaabierta@gmail.com o por medio de sus perfiles en Facebook e Instagram.
Para leer los relatos completos ve a su página y mantente al tanto de sus nuevas publicaciones siguiendo sus redes sociales.
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