Un 21 de marzo del año 2012 abrió las puertas un bar ubicado en el primer nivel del edificio Torino. El motivo de su nombre no tiene explicación alguna, solo querían que sonara a algo “chapín”.

Se trata de El Chiribisco Bar, un lugar que con los años se convirtió en el punto de encuentro de artistas, diseñadores y músicos que aportaban con su trabajo a la escena local emergente.

La estética, parte de las características de este lugar, se fue enriqueciendo por sus propios clientes que en un 80% pertenecen al gremio del arte y diseño. Es por eso que sus paredes coloridas y dibujos estrambóticos lograban llamar la atención y permanecer en la mente de quienes tienen al Chiribisco como lugar predilecto.

El Chiribisco cierra sus puertas después de siete años de estar abierto al público.

Durante siete años, este lugar pregonó la tolerancia y el respeto. Sus únicas reglas eran no entrar armas, no ser racista ni homofóbico y no ser violento. Esto lo pueden confirmar muy bien los clientes que fueron expulsados del lugar por comentarios por no cumplir con las reglas de convivencia.

Holísticamente, este lugar cierra sus puertas justo en su séptimo aniversario, una noticia que tomó por sorpresa a muchos, incluso a su propio dueño Alejandro Ramírez, más conocido como “El Ale”.

El motivo es por no contar con todos los permisos que la Municipalidad de Guatemala exige a un comercio como éste. A decir de El Ale, los permisos los estuvieron solicitando cuando abrieron el local, pero el ritmo burocrático de la municipalidad hizo que se lenteara el proceso hasta hace unas semanas, cuando fueron notificados por las autoridades de que el lugar no podía atender más debido a que se encontraba a menos de 500 metros de una escuela.

La notificación llegó con una multa que resulta casi imposible pagar para un lugar que depende exclusivamente de sus clientes.

En este lugar, tocaron decenas de grupos que presentaban una propuesta fresca y diferente a la música comercial, como Hot Sugar Mamma, The Killer Tomatoes, Skaldados, Toba, Pamela Symphony, entre muchos otros.

“Para mi es el bar de toda la gente, porque fueron ellos los que rayaron las paredes, las pintaron, los que ponían la música y la vibra (…) nunca pensé que le fueran a tener tanto cariño a este lugar”, dice El Ale.

Alejandro Ramírez es Administrador de Empresas y dueño de El Chiribisco

Entre los mensajes que se publicaron en las redes sociales, sobresalen el de varias agrupaciones musicales, como Wrong: Esta noticia nos resulta devastadora, el Chiribisco cierra sus puertas después de 7 años de ser un espacio para artistas, músicos y emprendedores. Pocos son los espacios en Guatemala que apuestan por música original, emergente y por una escena local fuerte de bandas con propuestas nuevas y frescas. Siempre nos recibieron de ahuevo y nos dejaron compartir su trip con el nuestro”.

Aunque muchos creen que este cierre se trata de una estrategia comercial para poder abrir otro lugar, El Ale asegura que eso no es cierto y espera que en Guatemala existan cada vez mas lugares que profesen el respeto, apertura y tolerancia a las diferentes formas de expresión.

¡Que lo distinto te encuentre!