Los versos de Humberto Ak’abal aún hacen sus rondas por las redes sociales meses después de su último respiro. La presencia de uno de los poetas indígenas más importantes de Latinoamérica de los últimos tiempo continúa sobre la literatura contemporánea.

Ak’abal, artista maya k’ich’e, nació en 1952 en la tierra fría de Momostenango, Totonicapán. Falleció la noche del lunes 28 de enero de 2019 en la emergencia del Hospital San Juan de Dios, durante su trasladado desde el hospital de Totonicapán.

No te pierdas: Las actividades en FILGUA que no te puedes perder

Ak’abal pensaba su poesía en k’ich’e y luego se autotraducía al español. Se caracterizaba por sus versos sencillos y pequeñas estrofas que abordaban cuestiones tan importantes de la vida como el respeto y los principios de una forma sutil pero tenaz.

Humberto Ak'abal hablando al micrófono. Hombre con anteojos, cabello canoso largo boina negra y saco hecho con tela típica habla al micrófono sobre un fondo negro
Foto: Círculo de Poesía.

Su primer libro se publicó cuando tenía 36 años, no era una figura internacional como en sus últimos años.

Poesía en un lugar inesperado

Cuando tenía cinco años padeció de polio y durante su juventud lo obligaron a pertenecer a las Patrullas de Autodefensa Civil (PAC), pese a que tenía dificultades para caminar. Pero logró viajar a la ciudad capital a buscar empleo, esos fueron los años en los que vivió en el parque Concordia (en el corazón del Centro Histórico), lugar donde encontró entre la basura libros de Gustavo Adolfo Bécqer, Rubén Darío y Amado Nervo.

Su poemario Animalero, presentado en la Alianza Francesa en 1991 y trabajado por la Edición Cultura, podría ser uno de sus primeros grandes libros. Poco después publicó Guardián de la Caída de Agua  y a partir de ahí periodistas internacionales se percataron de su trabajo y lo dieron a conocer al mundo.

Desde entonces, sus poemas han sido traducidos en más de 30 idiomas, como el francés, inglés, alemán, italiano, portugués, hebreo, árabe, escocés, húngaro y estonio. La edición XVI de la Feria Internacional del Libro en Guatemala, FILGUA, está dedicada a Ak’abal.

La poesía lo llevó a viajar por el mundo y hoy será recordado como una de las mentes brillantes que fueron gestados por la tierra maya del quetzal.

La poesía es fuego,
quema dentro de uno
y dentro del otro.

Si no, será cualquier cosa,
no poesía”.

Humberto Ak’abal

¡Que lo distinto te encuentre!