Ashley Williams, de 31 años, ingresó a las cárceles de Guatemala por cuenta propia. Ella no es una reclusa, pero sí trabaja todos los días ayudando a las mujeres privadas de libertad a crear un futuro para sus vidas a través de la serigrafía.
En cada publicación, Ashley siempre se muestra sonriente y con una actitud que contagia su amor por lo que hace. Por eso es que ella ha sido elegida para ser la Women’s Wednesday de esta semana, el espacio para que conozcamos los proyectos de mujeres que dedican su vida para ayudar a su comunidad.
En este caso, nuestra invitada de esta semana ha dedicado 13 años de su vida al trabajo comunitario. Todo inició cuando Ashley tenía 18 años de edad y viajó de Tennesse, Estados Unidos a la ciudad de Guatemala con el objetivo de conocer al niño que había apadrinado con $25 mensuales para sus estudios y manutención.
Ashley empezó a trabajar de voluntaria en Guatemala y poco tiempo después se mudó a La Limonada, un asentamiento ubicado en la zona 5 capitalina y catalogado por las autoridades como “zona roja” por su peligrosidad.
Eso no le restó a Ashley la emoción por vivir ahí y ayudar a las personas que se encontraban en situación de riesgo. En La Limonada aprendió español e hizo grandes amigos, hasta que las cosas cambiaron.
“Un día cuando estaba en la iglesia mataron a un hombre y al día siguiente llevaron a mi amiga presa, ella estaba conmigo esa noche, tenía 8 meses de embarazo y sin ninguna prueba en su contra ella fue acusada y condenada a 30 años de cárcel por asesinato” cuenta Ashley en un video que ella mismo subió a su cuenta de Youtube.
Cuando Ashley visitaba a su amiga en prisión, se dio cuenta de la situación en la que vivían muchas mujeres en la cárcel de Santa Teresa “cuando llegué a la cárcel descubrí algo, mucha gente quiere hacer algo con su vida. Habían muchas personas con un problema similar al de mi amiga, con problemas de injusticia y habían otras que sí eran culpables pero querían hacer algo con su vida”.
Así fue como inició “La serigrafía de La Gringa” donde trabaja con los hombres del centro carcelario de Fraijanes en un taller de corte y confección y con las mujeres de Santa Teresa realiza la serigrafía para luego dar a la venta las playeras.
Actualmente, Ashley estudia el tercer año de Derecho en la Universidad Rafael Landívar “yo nunca he estudiado, escrito ni leído en español pero me metí porque quiero ver un cambio y estas injusticias que yo veo a diario, yo puedo ser parte de la solución”, menciona.
Ashley estará participando en el Foro Internacional de Emprendedores (FIE) de este 2018 con su experiencia de vida.
¡Que lo distinto te encuentre!