Para muchos, la línea del tren es sinónimo de abandono, inseguridad y violencia, sobretodo porque desde hace más de veinte años no pasa un tren sobre los rieles que aún permanecen en la ciudad, dejando en el abandono lo que quedaba a su alrededor.

Pero hay un barrio que creció alrededor de la línea ferroviaria y que está ubicado en la 16 avenida, entre 1ra y 5ta calle de la zona 1, que decidió darle un nuevo giro a su historia junto a una paleta de colores.

Se trata de La Morera, un barrio de antaño que debe su nombre a los árboles de mora que estaban sembrados en el lugar y que también eran hogar de los gusanos de seda que se observaban por ahí.

Según los vecinos, La Morera ha vivido tres momentos importantes. El primero fue hace más de 30 años cuando las familias exigieron que se instalara el alumbrado público en sus calles y lo lograron. El segundo fue a mediados de la década de los ochenta cuando se rompió la organización social a causa del miedo que se vivía debido al conflicto armado interno.

El tercer momento empezó hace 12 años cuando los vecinos se volvieron a organizar y decidieron rescatar la avenida del tren que se había vuelto un basurero y baño público. Hace dos años inició el cuarto momento de La Morera, cuando sus paredes decidieron pintarse de color y poesía.

La madrina de este proyecto es la Escuela de Niños Pintores Frida Khalo, que logró organizar a diversos artistas para que le dieran color a las grises paredes. El resultado de esta alianza vecinal- artística son 478 metros lineales de murales pintados por 27 artistas más las fachadas de algunas casas que decidieron ceder sus espacios.

Pero los murales apenas son el inicio de la recuperación de La Morera. La segunda fase incluye la poetización del barrio que consiste en escribir los poemas de varias escritoras guatemaltecas sobre las casas, al momento hay varias fachadas de casas y tortillerías dispuestas a poetizarse.

Aunque parecería fácil lograr esto, según cálculos de los artistas, cada mural puede llegar a costar Q2 mil aproximadamente para cubrir los gastos de la pintura y demás materiales. Es por esto, que los murales se financiaron al inicio con un festival denominado “Estado de Emergencia” y, ahora la Escuela está dispuesta a seguir buscando fondos para mantener en pie este colorido proyecto.

¡Que lo distinto te encuentre!