Lutier

Lutier Ramón Iglesias, el artesano del sonido

Por Radio Infinita

Imágenes por Choconoi Studio

Lutier, es la traducción de la palabra Luthiere que significa “Persona que construye o repara instrumentos musicales de cuerda”. Esta palabra surge a partir del nombre del instrumento luth o laúd como se conoce en español.

Instrumentos como el violín, violonchelo y contrabajo forman parte de la categoría de cuerda frotada. La guitarra, laúd, bajo y ukelele forman parte de los instrumentos de cuerda pulsada.

Hoy en día, las grandes marcas que producen instrumentos musicales han acaparado una gran parte del mercado. Haciendo a un lado el trabajo y esfuerzo humano que hace un lutier a la hora de construir un instrumento.

Tal como dice Ramón Iglesias, “Los instrumentos que son creados en grandes cantidades o procesos industriales, suelen tener fallas. En cambio con uno hecho a la medida del cliente, se garantiza la calidad del instrumento”.

Ramón Iglesias tiene 76 años de edad y está cerca a cumplir los 40 años de trabajar como lutier, construyendo y reparando instrumentos de cuerdas. Los inicios de su carrera como lutier comienza en los años 70’s, cuando tuvo la oportunidad de viajar a España.

A continuación les dejamos una entrevista en exclusiva con Ramón Iglesias, un personaje inusual.


Lutier

¿Cómo descubrió la pasión por la lutería, es algo que llevaba desde Guatemala o fue algo que se desarrolló estando en España?
Descubrí que me gustaba el trabajo de un lutier por “shute”. Como todo joven en los 20 años, uno quiere aprender y hacer de todo. Yo llegue a España por turismo y un día mientras caminaba me encontré con el taller de un lutier, estuve un tiempo viendo lo que hacía y le pregunte si no necesitaba a alguien que lo ayudara; y así fue como empecé a aprender sobre la construcción de instrumentos acústicos.

Luego de vivir en España decide viajar a Estados Unidos para aprender sobre guitarras eléctricas. ¿Por qué?
Fíjate que mientras estuve en España, un país en donde predomina la fabricación de instrumentos acústicos, empecé a ver que la posibilidad de hacer guitarras eléctricas “custom made” era menos complejo que con una guitarra acústica. Y la razón es bastante simple, una guitarra acústica reproduce su sonido a través del cuerpo de la guitarra; por las vibraciones. Con una guitarra eléctrica no se necesita el cuerpo, son los micrófonos los que captan el sonido de las vibraciones de la cuerda. Estuve en Estados Unidos durante 4 años y allí fue donde tuve la oportunidad de trabajar en Fender, una de las marcas más grandes en la industria de guitarras, y poner en practica lo que aprendí.

Para poder construir instrumentos de cuerda, es necesario tener conocimientos no solo de carpintería. ¿Qué áreas tuvo que desarrollar?
Tuve que mejorar mis habilidades de carpintería, tuve que aprender de ingeniería, física y lo más importante de botánica. Es importante conocer la materia prima con la que se va a trabajar, en este caso la madera. En Guatemala existen más de 3,000 especies de árboles y tenía que encontrar las maderas indicadas.

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Ramón Iglesias pasó 3 años estudiando las propiedades de las maderas en Brasil para conocer desde el punto de vista académico las diferencias entre maderas y así lograr trabajar de la mejor forma el material con el que trabaja.

¿Cual de los instrumentos que ha hecho es el que mayor reto le ha representado?
Tiene mucho que ver lo que cliente esta buscando, lo que quiere. El primer paso para la construcción de un instrumento es el diseño, el cliente puede tener algo en mente o la trabajamos juntos. Para que ese diseño se lleve a la realidad, hay que hacer muchas cosas. Primero se selecciona la madera, luego se juntan todas las partes con pegamento y se marca el diseño de la guitarra; cada proceso tiene sus retos pero con el tiempo. Uno nunca deja de aprender, aún hay cosas que no se a detalle y me toca que bajar libros que tengo guardados.


¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?
Ver la satisfacción de las personas cuando vienen por sus instrumentos. Es algo muy importante para mí, me motiva a seguir construyendo instrumentos. También trabajo reparando instrumentos, y hay una sensación similar en esas ocasiones. Me ha pasado que vienen personas que ya dan por perdido su guitarra y cuando regresan quedan asombrados; eso.

¿Cuál es la diferencia entre una guitarra “tradicional” con una de su taller?
Son varias cosas que van desde lo técnico hasta lo estético. Si hablamos de lo técnico, una guitarra tradicional tiene una barra metálica que une el cuerpo con el brazo y esa muchas veces afecta en el sonido del instrumento; una guitarra de las que yo construyo son de un solo trozo de madera para no agregar esa barra metálica y modificar el sonido natural de la madera. Ahora desde lo estético, yo las maderas que últimamente he utilizado son hormigo (la madera que utilizan para hacer marimbas), jobillo, roble y guayabo; estas son maderas preciosas y lo peor que podría hacer es pintarlas de un color. Me gusta que el instrumento conserve su sonido y color natural.


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¿Cuánto tiempo le toma construir un instrumento?
Pues depende, a veces los clientes traer detalles adicionales a sus instrumentos y eso a veces ocupa unos días. Pero logro trabajar un instrumento en un promedio de un mes. Una vez tuve que hacer una guitarra para un cliente que quería agregarle como detalle, una herradura en el borde del cuerpo de la guitarra y en la parte del puente quería que se le agregara un caballo a medio galope.

Ya para cerrar esta entrevista quisiéramos preguntarle, ¿Cómo responde el mercado local a su trabajo?
Fíjate que el mercado local ha respondido de forma positiva a lo que yo construyo, pero es más el mercado de afuera el que más compra estos instrumentos. Ya me han comprado personas de Estados Unidos, Japón, Taiwán, incluso Australia. Aunque si te puedo decir que me buscan muchos músicos para darles mantenimiento a sus instrumentos. Incluso del conservatorio me llaman cuando se empiezan a torcer los puentes de los violines; en cuestión de horas ya les resolví el problema.


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