Vacaciones y Emociones
Por Ingrid Fleischer colaboradora del programa Pachamama
Las emociones en la familia en época de vacaciones
Ya sabemos que las rutinas y la estructura es algo que ayuda a que los niños se sientan seguros, tranquilos y sean más felices. Esto de la mano con el conocimiento del manejo y expresión de las emociones, nos ayuda a facilitar el proceso de desarrollo del niño en sus diferentes etapas de vida.
Las vacaciones son una excelente oportunidad para conocer la fase en la que el niño está, así como propiciar las interacciones y actividades que nos permitan conversar al respecto de ellas, en familia, para acompañarlos a desarrollar su capacidad expresiva y regulatoria.
Cuando nos referimos a vacaciones, también nos referimos a salir de viaje, salir de la ciudad o salir incluso del país por un período de tiempo, independientemente del caso, estos períodos ofrecen una oportunidad para compartir y pasar tiempo juntos, tiempo diferente con estructuras y dinámicas diferentes.
Aunque estemos de vacaciones, es importante manejar estructura y manejar rutinas, serán distintas a las que tenemos en los períodos escolares, pero siempre tendremos rutinas.
Es importante tomar en cuenta dos aspectos importantes y ejes de la buena convivencia en las vacaciones. Buscamos tener un equilibrio entre el descanso y las actividades con los niños. Es importante saber que el período de vacaciones es la temporada ideal para ayudar a desarrollar el hemisferio derecho del cerebro de nuestros hijos. Generalmente el sistema escolar está mas enfocado en desarrollar la parte lógica y racional del cerebro, por eso tenemos una oportunidad muy valiosa de balancear el desarrollo cerebral de nuestros peques.
Hay un par de temas que parecen estar siempre presentes en ésta época: cómo pasar las vacaciones con el menor número de conflictos y cómo manejar la culpa que las madres, en especial, manejamos por no pasar “suficiente” tiempo con nuestros hijos en vacaciones.
El primer tema, el de los conflictos, es importante irnos adaptando para podernos “relajar” y cambiar de ritmo.
Necesitamos co-diseñar nuevas rutinas para este período de vacaciones. En ésta planificación es importante y muy relevante incluir al niño, el juego es el recurso que tenemos para elaborar y mantener las reglas.
La parte de la culpa, la podemos sobrellevar si planificamos los períodos de vacaciones a lo largo del año, podemos hacer reuniones familiares para platicar sobre el tema, si lo vamos planificando con suficiente tiempo, vamos a tener acuerdos más claros y vamos a reducir las posibilidades de tener conflictos. Para conocer la emocionalidad y manejar la culpa, primero los adultos necesitamos preguntarnos qué nos pasa frente al período de vacaciones, qué emociones tengo, qué dudas, qué miedos, cuando ya sé lo que me pasa, ya puedo planificar para contrarrestar estas emociones y diseñar un plan.
Hay un estudio publicado en el Journal of Commercial Research que concluye que las vacaciones tienen un impacto más profundo en los niños que los regalos materiales. La sensación de felicidad y bienestar que producen es más intensa y duradera, y proporcionan crecimiento emocional para los niños, como el desarrollo y estimulación de algunas partes del cerebro, desde la gestión del estrés a la capacidad de aprendizaje. Estimula temas de aprendizaje financiero, pues se les enseña a ahorrar para las vacaciones. Tienen un fuerte impacto en la memoria, pues estos recuerdos tienden a permanecer y a ser referentes de momentos de felicidad y recuerdos agradables de la infancia.
¡¡¡¡Podemos hacer de estas vacaciones, unas vacaciones para nunca olvidar!!!!