Por Anayansi Serra, Coach de Core Yoga para el programa Urban Health
En el quehacer de un líder, una de las principales funciones es asegurar que el equipo de trabajo esté funcionando en su óptimo nivel. Mejores estrategias, mejores prácticas administrativas, mejores iniciativas y claro, mejores resultados. Esto se logra con una receta delicada de inspiración, comunicación, atención al detalle y vigilancia. La proporción, la sazón y el gusto lo pone cada uno y eso hace que acerca de liderazgo haya todavía mucho por escribir.
Pero en materia de cambios innovadores y revolucionarios podemos estar de acuerdo que es desde la inspiración que las transformaciones más radicales se gestan. Una brillante idea llega a un líder como un rayo poderoso de luz y cambia totalmente el juego. Y ¿qué es inspiración? Es literalmente “recibir el aliento” y tiene sus orígenes en las antiguas culturas griega y hebrea, que se referían al aliento divino, el de los dioses para los helenos, el de Dios para los hebreos. La inspiración puede que venga de arriba o de fuerzas divinas pero el receptor para ese relámpago de genialidad es siempre un ser humano dispuesto a recibirlo y ponerlo en marcha.
Y… ¿qué es inspiración? Es literalmente “recibir el aliento” y tiene sus orígenes en las antiguas culturas griega y hebrea, que se referían al aliento divino.
¿Cómo podemos acrecentar ese espacio de inspiración? Lograr un mayor ancho de banda, por así decirlo, para recibir esas novedosas ideas transformadoras y más allá aún, lograr que la organización completa se sintonice es sencillo sólo hay que preguntar y escuchar. Hacer preguntas abiertas que expandan las posibilidades a su máxima expresión es lo que buscamos para recibir esas revelaciones. Aquí le presentamos cuatro poderosas preguntas para considerar con su equipo y dejar que las descargas de inspiración lleguen. Haga este ejercicio como una lluvia de ideas, sin juzgarlas o descartarlas. Sólo pregunte y escuche.
¿Qué tenemos?
Empezar una conversación sobre lo mucho que ya tienen o han logrado permite a tu equipo sintonizarse en una energía positiva para el flujo de ideas y creatividad. La retroalimentación positiva en un intercambio informal es un valioso ejercicio que le traerá beneficios insospechados. Procura que la discusión se mantenga en lo positivo que se ha logrado.
Otras preguntas: ¿Qué funciona bien?¿Cuáles fortalezas estamos obviando?¿Cómo lo hacemos funcionar mejor?
¿Qué oportunidades podemos aprovechar?
Ahora dirige la atención hacia el potencial que aún no se ha explorado para detectar oportunidades de innovación. Procure que el foco de la discusión se centre en lo que puede ser, no en lo que no se hizo, quién no lo hizo, etc para evitar que se convierta en una sesión de quejas.
Otras preguntas: ¿Qué no estamos viendo? ¿Qué está esperándonos al doblar la esquina?
¿Qué posibilidades nos emocionan?
El mundo es una fuente infinita de posibilidades y cuáles nos entusiasman y están alineadas a nuestros valores como organización son consideraciones clave.
Otras preguntas: ¿Qué ideas podemos ensanchar? ¿Quiénes nos pueden ayudar?
Si tuviéramos todos los recursos y el tiempo que deseamos, ¿qué estaríamos haciendo?
Esta última pregunta clave le ayudará a su equipo a salirse de su zona de confort y pensar “fuera de la caja”. Al remover las limitaciones la mente vuela y las ideas innovadoras fluyen. Otras preguntas: ¿Cómo creamos esas condiciones? ¿Qué nos está distrayendo del intento?